Conductores obesos: beneficiarios inesperados de los cursos de reciclaje

Si ya has cursado la escuela secundaria, has de saber que en física la Fuerza es igual a Masa por Aceleración, pero ¿alguna vez te has preguntado cómo incide el sobrepeso de los ocupantes en las consecuencias de un accidente automovilístico?… pues debo confesar que yo no había reparado mucho en el asunto, hasta que un muy buen amigo me confirmó que las personas obesas tenemos menos probabilidad de salir bien libradas de un percance vial, no solo porque –aun reduciendo la velocidad– nuestros kilos demás acaban magnificando la fuerza del impacto, sino también porque nuestra propensión a las enfermedades respiratorias o cardiovasculares reducen la efectividad de los primeros auxilios y dificultan la recuperación hospitalaria. Así que decidí apuntarme a uno de esos cursos de reciclaje para informarme mejor sobre las medidas a tomar, y esto fue lo que aprendí:

Primero, ¿qué es un curso de reciclaje?

Lo primero que aprendí, es que solo nos preocupamos por nuestro nivel de preparación para ir al volante de un vehículo cuando estamos aprendiendo a manejar, cuando cometemos alguna infracción y nos retiran puntos del permiso, o cuando nos vemos involucrados en un accidente de tránsito, pero mientras tanto vamos tomando confianza; y a veces hasta nos habituamos a manejar de formas que no necesariamente son las más adecuadas. De hecho, diversos estudios realizados por la Comisión Europea para la Movilidad y el Transporte demuestran que más del 75% de los conductores involucrados en accidentes viales se consideraban aptos para reaccionar adecuadamente ante cualquier situación que pudiera presentárseles en carretera, y es allí donde cobran importancia estos cursos de reciclaje, también conocidos como cursos de refrescamiento (por los refresher courses anglosajones) o talleres recurrentes (por un símil con el reforzamiento didáctico de los aviadores).

Estos, lejos de constituir una critica hacia el modo en que conducen algunas personas, representa una oportunidad para reforzar las habilidades y perfeccionar las destrezas de conductores poco experimentados o particularmente nerviosos, así como de conductores extranjeros que desconocen nuestras normativas; o de personas que como en mi caso, conducimos en una posición tan cómoda y con el respaldo tan reclinado para hacer espacio a la panza, que el cinturón y el reposacabezas resultan menos eficaces, al punto de que la activación del airbag se torna en un suceso peligroso. En efecto, viajar así de distendido puede llegar a ser casi tan riesgoso como viajar apretujado en un vehículo muy pequeño o muy pegado al volante de uno muy grande.

¿Y qué podemos hacer los más rellenos?

Bueno, lo mejor sería comprar un coche que ofrezca las mejores condiciones de seguridad que nuestro dinero pueda comprar, pero para los que no tenemos pensado comprar un vehículo en el futuro cercano, lo mejor será colocar nuestro asiento a una distancia adecuada respecto del volante (ambas muñecas deben descansar sobre la parte superior del aro del volante aunque nuestra espalda este completamente pegada al respaldo y nuestras nalgas estén encajadas en el ángulo formado por este y el asiento) y enderezar nuestro respaldo, además de ajustar la porción horizontal del cinturón de seguridad sobre el hueso de nuestra pelvis para evitar que se deslice sobre el abdomen y pueda poner en riesgo nuestros órganos blandos. Igualmente es aconsejable instalar reposacabezas reactivos para prevenir el latigazo cervical y tomar medidas contra la somnolencia… Aunque enfrentémoslo, el mejor consejo sigue siendo adelgazar.

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